Los Dineh

Los dineh o diné son conocidos más comúnmente como los navajo. Están entre los últimos grupos que llegaron al suroeste, y probablemente emigraron desde Alaska hacia el año 1000. Originalmente eran un pueblo nómada y se establecieron en la región conocida como Las Cuatro Esquinas, lugar de confluencia de los estados de Arizona, Nuevo México, Utah y Colorado.

Un concepto central en la espiritualidad dineh es el hozro, la belleza, que está presente en todo. Es la belleza innata del cosmos, el patrón perfeccionado de la creación  y la cualidad más elevada de la existencia humana. Todo esto se combina en el concepto del Camino de la Belleza, una práctica mística y espiritual que contiene elementos chamánicos. Chamanes y sacerdotes siguen este camino, aunque los dineh distinguen claramente entre ambos. Los sacerdotes son responsables de las ceremonias y del conocimiento; los chamanes de los rituales y de la curación. (Una tercera categoría son los adivinos, que no se consideran  chamanes ni sacerdotes).

Pinturas de arena de los Navajo

Una de las maneras más inusuales y sorprendentes de realizar la curación chamánica entre los dineh es la creación de pinturas de arena sagradas, conocidas como iikhááh; significa “entrar e irse”, y estas pinturas intentan crear un espacio al que los espíritus (yeii)puedan descender, que puedan ocupar brevemente, y después irse, habiendo hecho su trabajo de curación. Las imágenes se forman esparciendo arena multicolor fabricada con rocas pulverizadas y metales. Los chamanes que crean estos diseños están inspirados por el espíritu, y hacen lo que se les indica.

Cada grano de arena está cargado de bendiciones. A medida que las imágenes aumentan en complejidad y en poder, al paciente se le pide que se centre en ellas y que medite en su posible significado.

Cuando se cree que la imagen está completa, al paciente se le hace caminar a su alrededor y se le anima a representar físicamente cualquier historia o significado que vea en la pintura. Al final de la ceremonia se destruye el cuadro, liberando a los espíritus para que regresen al otro mundo.

Dos espíritus

Otro aspecto de la espiritualidad dineh es la presencia de personas que cambian de género (transgénero) conocidas como nadles, o también como badé/boté (entre los crow), joya (chumash), kwiraxame(maricopa), ihamana (zuni) o winkte (lakota). El término nadles significa literalmente “los cambiantes”, y hace referencia a su naturaleza hermafrodita o andrógina. También se les conoce ampliamente como dos-espíritus, lo que sugiere que comparten el alma de hombre y mujer dentro del cuerpo anfitrión. Los antropólogos occidentales aplicaron a estas personas el término algo peyorativo de berdache.

La existencia de transgéneros se ha registrado en casi doscientas tribus de los nativos americanos. Aunque no siempre son chamanes, cuando se sienten llamados a seguir este camino suelen ser extremadamente poderosos. En la mitología de los diné, se dice que los nadles son descendientes de los gemelos sagrados, el Niño Turquesa y la Niña Concha Blanca, que eran ambos andróginos. Se dice que estos dos enseñaron a los primeros pobladores el arte de la cerámica y de trenzar cestas, así como la creación de herramientas de piedra.

Las personas que cambian de género se consideran vitales para el bienestar continuado de los diné, y sus habilidades y tradiciones se honran en el seno de la comunidad.

No puede sorprendernos que la reacción de los sacerdotes cristianos que se toparon inicialmente con los dos-espíritus no fuera muy favorable. Pero uno de ellos, el jesuita Jacques Marquette, a finales del siglo XIX escribió:

Son convocados a los concilios, y nada

            puede decidirse sin su consejo. Finalmente,

            a través de su profesión de llevar una vida

            extraordinaria, pasan por manitous

            -es decir, por espíritus- o por personas

            Importantes.

La importancia de los dos-espíritus y su lugar en la sociedad tradicional quedó patente por el testimonio del curandero lakota Ciervo Cojo que, en una entrevista grabada en 1931, describió que, entre su gente, los winkte (“de hombre-a-mujer”) recibían grandes honores. Ellos podían poner un nombre especial a un individuo, nombre que se mantenía en secreto y se consideraba que otorgaba a sus propietarios un gran poder. El antropólogo C. DaryllForde, en su Ethnography of theYuma Indians, escribió:

Se creía que el nombre secreto que un

            winkte daba a un niño era especialmente

            poderoso y eficaz. Toro Sentado, Alce

            Negro, e incluso Caballo Loco tenían

            nombres secretos dados por los winkte…

            El jefe lakota Caballo Loco tenía una

            o dos esposas winkte.

A pesar de ser atacados tras su primer contacto con los europeos, los dos-espíritus continuaron trabajando como sanadores, principalmente en secreto, durante varias generaciones.