Cuenta la leyenda que Pele nació de Kāne y de Haumea. Esta diosa, descrita como “Aquella que da forma a las tierras sagradas” es la señora de los volcanes, la maestra del fuego.

En la mitología Hawaiana PELE es la diosa que rige el espíritu de la lava volcánica. Es descrita como la diosa que da forma a la tierra sagrada o las islas de Hawai.

PELE como muchos de los dioses/diosas importantes Hawaianos, desciende de los seres superiores Padre o Madre Tierra y Wakea o Padre Cielo. Ella es la diosa del fuego, la danza, los volcanes, los relámpagos, el viento, y tiene los poderes de la creación y la destrucción.

Podemos pensar en PELE cuando necesitamos fuerza y pasión, protección, creatividad y la habilidad de deshacernos de lo que ya no tiene una función en nuestras vidas.

PELE está asociada a la energía femenina divina, combinando la belleza de la mujer con fuerza interna, dignidad y poder divino. De esta manera nos recuerda que la mujer no es un ser sumiso, frágil o indefenso sino un ser creativo, fuerte y valiente.

Los fuegos de PELE dan a luz a nuevas islas Hawaianas, por eso se la considera una Diosa Madre. Es la encarnación del poder creativo divino que es parte de todos nosotros y con el cual tenemos que estar siempre conectados. Así como los fuegos de PELE crean las islas de Hawai a través de la actividad volcánica, nuestra fuerza creativa es responsable de crear y dar forma a nuestra vida a través de nuestros pensamientos, palabras, emociones, creencias, intenciones e imaginación.

Asociada a los volcanes se la relaciona a la fuerza de destrucción, pero es en realidad la acción de limpiar todo aquello que ya no sirve. Es una fuerza creativa, creando y formando tierra, destruyendo lo viejo y formando la fundación para lo nuevo. Si lo aplicamos a nuestras vidas, podemos usar nuestro poder interno para clarificar y purificar todo aquello que no necesitamos, para dar espacio a nuevas experiencias, relaciones, sensaciones. En cada uno de nosotros existe el fuego de PELE que nos ayuda a regenerarnos en todos los niveles: espiritual, físico, emocional y mental.

El poder del fuego es el regalo de PELE. El elemento del fuego trae energía la cual se trasforma en motivación, energía física, fuerza para manifestar. Al mismo tiempo nos ayuda a trasmutar y limpiar energía estancada y vieja, a energizar nuestro cuerpo, mente y alma. Nos recuerda de usar nuestro fuego interno sabiamente, y de forma balanceada.

La esencia de PELE nos sirve para recordarnos de nuestra conexión con el universo y su energía divina e infinita. Cuando honramos ésta relación, nos nutrimos de energía vital y podemos vivir con propósito y pasión. Con su pasión ella nos recuerda que cada uno tiene un talento único y nos ayuda a reconocer el mismo y a expresarlo estimulando nuestra energía creativa, y motivándonos a llevar una vida plena.