Más al norte, en un área que se extiende desde el océano Pacífico hasta los montes Urales, y desde los bordes del Círculo Ártico hasta Kazajastán, incluyendo Mongolia y Laponia, Buriatia, Yakutia, Altai y Sami, los chamanes nos conectan con ecos de la época en la que apareció originalmente el chamanismo.
Los Buriata
La palabra “chamán” se deriva de los grupos de lenguas tungusca y Evenki, y en esta zona, entre las tribus herederas de las tradiciones espirituales de Asia Central, es donde con más claridad se remontan las raíces del chamanismo.
Buriatia, en el sur de Siberia, se sitúa entre Mongolia y Rusia. Esta es una tierra antigua, que muchos consideran una de las cunas más antiguas del chamanismo. Los pueblos buriata han vivido durante siglos en las orillas norte del lago Baikal, el volumen de agua fresca más grande del mundo. Tienen un estilo de vida nómada en el paisaje montañoso de Buriatia que ha cambiado poco con los años, y han continuado practicando el chamanismo en un linaje prácticamente ininterrumpido.
A los chamanes buriata hombres se les conoce como boo, y a las mujeres se les llama odigon; su poder y potencia se derivan de la fuerza de los espíritus que trabajan a través de ellos y la extensión de su linaje ancestral, conocido comoudkha. Los más poderosos son los que reciben su conocimiento y entrenamiento directamente del más antiguo de los dioses, Tengeri, el cielo, por lo que se les conoce como “conjuradores del cielo”.
Herrero de Buriata
Muchos de los practicantes más poderosos son herreros a los que, y esto es algo que tienen en común con los de otras regiones del mundo, se les considera semidivinos por su habilidad en la forja de los metales. Se dice que si el herrero no tiene una colección suficientemente extensa de ancestros que le apoyan, o si no está rodeado por el ruido de los martillos y el rugir del fuego, pájaros con garras torcidas desgarrarán su corazón y lo consumirán.
Los chamanes buriata se dirigen a éstos hábiles artesanos para crear las elaboradas vestimentas que son una parte importante de su trabajo, y que les permiten viajar al otro mundo. Estos trajes, con ornamentos colgantes de hierro forjado y conformados en los fuegos de los herreros, se transmiten de generación en generación, puesto que el arte de trabajar el hierro ya no se practica tanto, y cada vez hay menos herreros iniciados en los misterios del mundo antiguo que sigan trabajando en Siberia. Estos ornamentos en miniatura incluyen herramientas que el chamán usa durante el viaje.
Rituales de fuego
Los rituales relacionados con el fuego siguen desempeñando un papel importante en el chamanismo de este antiguo pueblo. En algunos lugares celebran sus ceremonias más importantes en torno a un yunque; donde se realizan ofrendas y (cuando el asunto es especialmente serio), se sacrifica una oveja o una cabra.
Los nuevos chamanes reciben la llamada a seguir este camino bien directamente de los espíritus o de un ancestro chamánico, que tomará su alma durante una enfermedad y la llevará al otro mundo. Allí los dioses educan el alma y la pasean por los tres mundos –superior, medio e inferior_, donde se encuentra con diversas deidades. Esta misma historia se cuenta en muchas otras culturas con las que nos encontraremos posteriormente.
Como un indicador de la importancia de los herreros buriata; muchos espíritus reconocidos por los buriatas toman la forma de caballos celestiales. Éstos protegen las vidas de la gente y ofrecen visiones a sus chamanes.
La esposa Celestial
Los chamanes buriatas creen en la existencia de un panteón de un centenar de deidades; divididas en 45 del Este (las vengativas) y 55 del Oeste (las benevolentes). Algunos chamanes eligen seguir a uno u otro de estos grupos, polarizándose como practicantes “blancos” o “negros” que, si bien no deberían considerarse dualistas en el sentido estricto del término, exhiben una gran animosidad los unos hacia los otros. Estas deidades tienen funciones diferenciadas que permiten a los chamanes aprender lo que ellas tienen que enseñar. Además de los dioses, el pueblo también adora a la Madre Tierra; a los espíritus sagrados del fuego; así como a los espíritus de los antepasados y a los protectores del mundo natural.
Parte de la educación puede tomar la forma de encuentros sexuales, que se producen durante el viaje chamánico. El alma del candidato puede dormir con las nueve esposas de TekaSharaMatzkalka, el dios de la danza.
Se dice que en esa ocasión el futuro chamán se encontrará con el ser que será su maestro interno y aliado a partir de ese momento. Algunos llaman a esta figura la “esposa celestial”; y durante y después de la formación del chamán se usa la terminología matrimonial. Esta misma idea florece en lugares tan lejanos como Sudamérica.
Entre los buriatas, el entrenamiento chamánico puede durar varios años. Y en ese periodo el candidato experimentará visiones espontáneas, ataques y temblores. La mayor parte del tiempo vivirá en soledad; y otro chamán más viejo y experimentado supervisará cómo responde durante los viajes y las enseñanzas recibidas de los espíritus.
Ceremonia de Iniciación
Cuando por llega el momento de la iniciación del nuevo chamán; esta se produce públicamente después de un ritual de purificación con agua; en la que al iniciado se le sumerge nueve veces. Esta purificación debe repetirse al menos una vez al año. Y si el chamán ha realizado una curación particularmente poderosa, es posible que tenga que ser purificado con sangre.
El aspecto central de la ceremonia de iniciación destaca en esencia la conexión del chamán buriato con la naturaleza. Se corta un abedul que se iza en el centro de la yurta ceremonial; sus ramas se extienden más allá del agujero para el humo existente en el techo. El árbol se sujeta por medio de cuerdas rojas y azules que representan el arcoíris; a través del cual el chamán cruza al otro mundo, según se dice tradicionalmente. A continuación el iniciado trepa al árbol, lo que representa su ascenso a los niveles de los mundos superiores. En lo más alto podría dar mensajes a los que están abajo; usando la visión para percibir lo que los espíritus tengan que decir.
Seguidamente se sacrifican nueve cerdos, y el chamán, habiendo descendido del árbol, bebe la sangre de los animales sacrificados y entra en un prolongado trance; en el que transmitirá mensajes de los espíritus a cualquiera de los presentes que los necesite. A continuación la ceremonia evoluciona hacia una celebración general; en la que se baila y se canta, y a menudo se prolonga varios días.
Deja tu comentario