Corea
El chamanismo de Corea se conoce con el nombre de muismo (de Mugyo,” la religión de Mu”); y abarca una variedad de creencias y prácticas. Al chamán se le conoce como mudang; y suele ser una mujer cuyo papel consiste en actuar como intermediaria entre los espíritus y los seres humanos.
El mudang celebra gut (servicios) invocando la buena fortuna de los clientes; la cura de enfermedades mediante el exorcismo de los espíritus negativos; y la propiciación de los dioses locales. También se celebran gut para guiar a los espíritus de los fallecidos hacia otros reinos.
La creencia de un mundo habitado por espíritus es probablemente la forma más antigua de la tradición religiosa coreana; que se remonta a tiempos prehistóricos.
Los espíritus y los dioses habitan en los árboles, cuevas y piedras, y los dioses tutelares cuidan de los pueblos, manteniendo bajo control las travesuras de los duendes, o las actividades más peligrosas de los fantasmas, que aún pueden tener muchas cosas pendientes por dirimir y cuya presencia puede afectar a las vidas de los vivos.
Muismo
La perspectiva ecléctica del pueblo coreano ha hecho que su aproximación a la religión sea amplia, y aunque muchos coreanos se hicieron budistas cuando esta tradición se introdujo en el país en el siglo VII d.C., la influencia del muismo siguió siendo notable. Esto cambió en el último periodo colonial, cuando los misioneros cristianos demonizaron a los mudang y a los seguidores del muismo, mientras que en tiempos más recientes el gobierno se ha esforzado por ilegalizar las prácticas chamánicas. A pesar de ello, se ha producido un resurgimiento de las creencias muistas en Corea del Sur, y recientemente se ha informado de que un 8 por 100 de la población es muista. En Corea del Norte aproximadamente el 16 por 100 de la población se ha mantenido fiel a los viejos caminos.
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