Un proverbio Chukchee (Siberia) declara: “ Las mujeres son por naturaleza unas chamanas ”. Sin embargo, la dimensión femenina en este reino de la experiencia espiritual, a menudo ha sido menospreciada a pesar de existir innumerables ejemplos: En China, en Japón, en Korea, en Sudáfrica, en California, (Karok y Yurok), en chile (machi), en Filipinas (babaylan y catalonan),…
Jose Manuel Reverte Coma en su libro “Chamanismo siberiano” comenta que en las más viejas tradiciones de las culturas siberianas (de dónde proviene el término de chamanismo) señalan que el primer chamán fue una mujer que disponía de poderes maravillosos, y entre los Yakutos, Ostiakos, Buriatos y Tunguses siempre han sido muy numerosas las mujeres chamanas. […] Los autores que han estudiado estas culturas siempre quedaron sorprendidos de que los vestidos rituales de los chamanes fuesen femeninos. Esto se explica quizás por el origen femenino del chamanismo.
Las chamanas en Siberia
Es interesante hacer notar que la palabra con la que se designa a las chamanas, udagan/utagan/odigon, es la misma en numerosos pueblos altaicos (sur de Siberia), en los que, sin embargo, son muchos y diversos los términos aplicados a los chamanes. Esta circunstancia ha sido utilizada por algunos especialistas como prueba de una posible prioridad histórica del chamanismo femenino sobre el masculino.
¿Brujas o chamanas?
Las Brujas fueron las chamanas europeas pre-cristianas. Mujeres que, desde el Paleolítico Superior hasta la época de la Inquisición; desarrollaron cosmovisiones y prácticas espirituales, sanadoras, visionarias, rituales y de género. Con ellos inspiraron y guiaron sus vidas y las de las comunidades donde vivieron.
Fueron mujeres sabias, es decir, mujeres que tenían conocimientos, poder y respeto; similar al que obtienen las chamanas indígenas en sus sociedades originarias. Por eso, más allá de las diferencias culturales más externas, encontramos muchas similitudes entre las cosmovisiones y las prácticas de las Brujas europeas pre-cristianas y las de chamanas de otros pueblos ancestrales.
Si las Brujas sólo hubiesen sido mujeres campesinas ignorantes; sin ningún tipo de conocimiento e influencia sobre sus pueblos y comunidades; la reacción de la Iglesia, persiguiéndolas con un aparato represivo como fue la Inquisición; no guardaría relación con lo que intentaba eliminar. Como tampoco el haber invertido tres siglos en perseguirlas en el viejo y en el nuevo continente.
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